El lobo es un mamífero que pertenece a la familia de los carnívoros y cuenta con varias subespecies.
Un lobo puede variar en cuanto a su peso y tamaño, dependiendo en donde habite y de la subespecie que pertenezca. Su altura esta entre los 80-85 cm y su medida de longitud es de 105-160 de largo y pesa 25 a 38.5 kilos, pero descubrimientos científicos han comprobado que hay lobos de hasta 80 kilos; aquellos de más de 54 kg son muy raros. Sus colmillos miden generalmente 6 cm de largo.
Estos mamíferos son excelentes para caminar largos kilómetros. Pueden ir trotando a una velocidad de 10 km/h y cuando se trata de perseguir alguna presa, llegan a 65 km/h. Poseen un extraordinario sentido del olfato que es muy efectivo para situaciones con poca luz. Su pelaje está compuesto por dos capas, lo que lo hace pesado y frondoso.
Cuando son cachorros, el color de sus ojos es azul, pero conforme crecen cambian a tonos amarillos-dorados o naranjas; muy rara vez conservan el color azul.
Estos mamíferos son altamente territoriales y tienen rangos sociales muy marcados. Existe el macho y la hembra alfa quienes son los que lideran la manada. No se sabe con precisión cómo se logra esta distinción, pero se ha observado que es por el éxito ya sea en la caza o en la reproducción.
Las manadas pueden estar compuestas de dos a veinte lobos, aunque la media es de ocho y difícilmente es aceptado un nuevo miembro al grupo, por lo que un alto porcentaje de muertes de lobo se da por la depredación de ellos mismos.
Su comunicación es a base de aullidos y la marcación de territorio mediante el olor de sus patas y la orina. Con el aullido se localizan más fácilmente entre ellos y es utilizado para señales de alerta contra otras manadas rivales.
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